Parece enredo de ficción científica, pero lleva la firma de tres renomados científicas de Inglaterra. Un estudio entregue al gobierno británico la semana pasada trae un conjunto de recomendaciones para evitar que asteroides se choquen con el planeta y aniquilem la humanidad. “ES un riesgo remoto: hay un impacto serio cada 100 mil años, en media”, resaltó el ministro de la Ciencia, lorde Sainsbury, que reunió el equipo de especialistas en enero. “Pero invertimos tanto dinero en la astronomia que hallo sensato añadir un poco más para saber se hay alguna posibilidad de un objeto alcanzar nuestro frágil planeta”, afirmó.
El riesgo, revela el estudio, no es desprezível. En los últimos diez años, nueve asteroides pasaron la menos de 800 mil kilómetros de la Tierra, el equivalente a dos veces la distancia hasta la Luna. En 1996, una roca errante con 300 metros de anchura, bautizada de JA1, llegó aún más cerca. Estuvo a 460 mil kilómetros del planeta. En medidas astronômicas, no acertó por los pelos. Existen casi 1.000 asteroides con por lo menos 1 kilómetro de anchura cuyas rutas pueden convergir para la atmósfera terrestre. Son clasificados como potencialmente peligrosos cuando se aproximan a menos de 7,4 millones de kilómetros, cerca de 20 veces la distancia de la Tierra a la Luna.
Aunque las trayectorias varíen, se estima que ninguno de los asteroides conocidos entrará en ruta de colisión en los prójimos 50 años. Nuevos objetos, sin embargo, son descubiertos casi todo día, lo que deja la Tierra delante de una amenaza indefinida. Hace tres semanas, los investigadores identificaron un pedregulho de esos. Con 500 metros de anchura, pasaba a una distancia igual a 12 veces el intervalo entre el planeta y la Luna. El tamaño de esos asteroides no impresiona cuando comparados a los 12,7 mil kilómetros de diâmetro del globo terrestre. Pero cometas y asteroides pueden viajar a la velocidad de 75 kilómetros por segundo, más de 100 veces superior a la de uno Concuerde. El impacto de un objeto con 1 kilómetro de diâmetro es equivalente a 65 mil bombas de hidrogênio. Causaría terremotos y maremotos. También jugaría en la atmósfera poeira suficiente para lanzar la Tierra en un invierno artificial”, alerta la ÉPOCA David Williams, ex-presidente de la Real Sociedad Astronômica y miembro de la fuerza-tarea. Piedras de ese tamaño caen en la Tierra una vez en 200 mil años.
Hace 92 años, un objeto con sólo 90 metros de diâmetro, probablemente un fragmento de cometa, explotó 8,5 kilómetros por encima de la Sibéria y exterminou 2.500 kilómetros cuadrados de floresta. Si hubiera caído en una ciudad, produciría una de las mayores tragedias de la Historia de la humanidad. Cuando un asteroide se choca con el mar, levanta una onda descomunal llamada por los japoneses de tsunami . Hay 2 millones de años, un asteroide cayó en la costa de Chile y produjo un vagalhão con 100 metros de altura que arrasó la costa de Japón y de Australia.
Los investigadores ingleses recomendaron al gobierno que buscara parcerias internacionales para construir un nuevo telescopio, capaz de encontrar objetos ameaçadores en el firmamento. El equipamiento, dotado de un espejo con 3 metros de diâmetro, situado en algún punto del Hemisferio Sur, podría detectar asteroides con pocos centenares de metros de largura. Actualmente, los mejores telescopios, como el americano Linear, en el Nuevo México, no tienen visión tan acurada. Los científicos también sugirieron a Reino Unido crear un centro nacional para organizar las investigaciones. Al detectar un pequeño asteroide, el órgano coordinaría la retirada de la población del área a ser alcanzada. En el caso de un gran objeto, una nave iría al espacio para bombardear la roca errante (consulte la ilustración). Otra alternativa sería enviar una sonda no-tripulada para intentar desviar el asteroide. “ES un hecho científico”, dijo el parlamentario Lembit Opik, favorable al plan. Sólo hizo la ressalva: “El riesgo de morir del impacto de un asteroide es 750 veces mayor que la oportunidad de ganar en la Loteria Nacional”. Pero él existe.
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