quinta-feira, 11 de março de 2010

Ufología: Abducciones. Verdades y mentiras de los Encuentros en la Cuarta Fase

Textos David Benito Del Olmo

La película The Fourth Kind (La cuarta fase), que llega en estos días a los cines de nuestro país, ha reabierto el debate sobre el controvertido fenómeno de las abducciones. Aunque han pasado casi 50 años desde que se produjo el primer caso –el presunto rapto del matrimonio Hill–, aún seguimos sin saber qué pasó aquel 19 de septiembre de 1961. Sin embargo, ahora se han conocido nuevos y desconcertantes datos sobre la que podría ser la abducción del siglo XX.

A finales de agosto de 2009 se lanzó en Estados Unidos el tráiler del filme The Fourth Kind (La cuarta fase), que se estrena en España en estos días. En él aparecía la conocida actriz Mila Jovovich anunciando que interpretaría el papel de la doctora Abigail Tyler, una psicóloga que durante la década de 1960 llevó a cabo una investigación sobre personas desaparecidas –supuestamente abducidas– en Nome (Alaska, EE.UU.). Y también explicaba que la película era una dramatización de hechos reales que se habían producido en 2000. Sin embargo, nada más hacerse públicos estos datos se desató la polémica. Había detalles que no encajaban. Si bien era cierto que se habían producido las citadas desapariciones, el FBI nunca confirmó que se debieran a abducciones, como se refleja en la película. Asimismo, en el filme se intercalan supuestas imágenes reales grabadas por la propia doctora Tyler en el transcurso de las sesiones de hipnosis realizadas a los presuntos abducidos con imágenes dramatizadas que reproducen este tipo de situaciones. Parecía evidente que la productora intentaba desarrollar una campaña de marketing tipo El proyecto de la bruja de Blair, pero había varios “fallos” que, si bien podían pasar desapercibidos al público en general, no lo fueron para los amantes de la ufología. Al rastrear en Internet a la doctora Abigail Tyler aparecían algunas referencias suyas. Pero las páginas en las que se la mencionaba eran sitios web demasiado “artesanales” y escasos de contenido. Una de estas webs, llamada Medical Journal, cuya existencia era desconocida hasta para expertos en psiquiatría, publicaba diferentes estudios sobre psicología y psiquiatría. En otra se podía acceder a la biografía de la misteriosa doctora y se dejaba entrever que la psicóloga se hallaba estudiando los desórdenes del sueño. Otra de las webs publicaba el currículo de la doctora Judy Pearson –una supuesta colega de la doctora Tyler–, en el que se afirmaba que era experta en hipnosis. También figuraba su teléfono, pero cuando intentamos llamarla saltó un contestador y nadie devolvió las llamadas. Por otra parte, circulaban en la Red webs de presuntos periódicos y agencias de noticias en los que se recogían detalles sobre supuestos trágicos sucesos acaecidos en la vida de la enigmática doctora Tyler. Sin embargo, como era de esperar, cuando se estrenó el filme en Estados Unidos todas estas páginas dejaron de estar activas. Además, en la película aparecen imágenes que, según se decía, fueron grabadas por la propia policía, pero esto no es cierto. Son claramente recreaciones. Otro de los detalles a valorar tiene que ver con el desenlace del filme, que se cierra de tal modo que, después de verlo, nadie puede llegar a contactar con ninguno de los presuntos implicados. Y una última curiosidad: la película comienza con una entrevista del director de la misma, Olatunde Osunsanmi, a la supuesta doctora Tyler. Junto a ellos se observa un logotipo que pertenece a la Universidad Chapman (EE.UU.), donde, por cierto, estudió Osunsanmi. Pues bien, nada más divulgarse el trailer, la universidad publicó un comunicado desligándose de todo el asunto.

50 años de abducciones


Dejando el marketing a un lado, si algo ha conseguido La cuarta fase es que se reabra el debate sobre la verosimilitud de las supuestas experiencias que afirman haber protagonizado miles de personas en todo el mundo. Ha pasado casi medio siglo desde que dieron comienzo las “abducciones alienígenas” con el caso del matrimonio compuesto por Betty y Barney Hill, aunque, según Budd Hopkins, “padre” de la investigación de este fenómeno, existen crónicas aún más antiguas que se remontan a la década de 1920. Al principio de la aparición de estos supuestos raptos, la opinión pública se dividía entre el miedo y el escepticismo. Rondaba el fantasma de los contactados, que describían historias que iban más allá de las películas de ciencia ficción. Pero con el paso de los años los investigadores fueron recopilando casos similares al del matrimonio Hill y comenzaron a estudiar este asunto con datos sobre la mesa. Tanto el investigador Budd Hopkins como el doctor Richard Haines idearon métodos para analizar más a fondo los testimonios que les llegaban. A finales de los ochenta Hopkins publicó Intruders: the Incredible Visitations at Copley Woods (Intrusos: las increíbles visitas a Copley Woods. Edaf), una obra en la que se daba a conocer una polémica hipótesis: a los presuntos secuestrados –además de someterles a tediosas pruebas médicas para extraerles esperma y óvulos– se les hacía entrar en contacto con seres que habían nacido de las muestras que les habían sustraído. No obstante, siempre ha habido estudiosos de la psiquiatría y la psicología que han atribuido este fenómeno a la propia mente, algo que ya hizo Benjamin Simon,el psiquiatra que llevó el caso del matrimonio Hill y que nunca creyó su historia, pues pensaba que se hallaba ante una fantasía compartida.

Han pasado los años y el número de supuestas abducciones ha aumentado considerablemente, pero, a pesar de ello y de las “pruebas materiales” aportadas por los testigos, el fenómeno sigue enfrentando a defensores y detractores. Aunque continúa sin haber pruebas concluyentes que avalen su existencia –y dejando a un lado la hipótesis que sugiere que se trata de una “representación teatral” de nuestra mente–, hay quien cree que utilizando la hipnosis es posible completar los “tiempos perdidos” que afirman haber experimentado la mayoría de los testigos. Muchos de ellos, tras someterse a regresiones hipnóticas, descubren que supuestamente han estado dentro de un extraño habitáculo con seres extraterrestres y que, además, han sido sometidos a complejas pruebas médicas (esto también ha ocurrido en algunos casos de pacientes que presentaban fobias de origen desconocido).

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