En 31 de Enero de 1968, Serafim Vieira Sebastião, de 36 años, natural de la Ribeira Grande, Azores, se encontraba de guardia a la instalaciones militares "Azores Air Station" , que servía de paiol de municiones, en el lugar del Cabrito, Cinco Picos, isla de la Tercera, Azores, a oír el relato de fútbol entre Setúbal y el Sporting, cuando, de repente, "el transistor dejó de oírse".
Conforme declaró la testigo, "no se oía nada, ni música, ni relato de fútbol" teniendo que desconectar el aparato esto cerca de las 9 horas locales. Repentinemente sintió un "acúfeno". Saíu para fuera del paiol viendo un "vehículo", del lado izquierdo del puesto donde se encontraba; "era un objeto extraño a aproximarse del paiol" adelantó. Regresó al paiol y llamó la atención, por teléfono,a sus superiores comunicando que el extraño objeto estaba la proximar-se de aquel local. Saíu del paiol para confirmar la observación.
Y añadió: "una grandecíssima claridad entró por la ventana dentro; claridad esa que era muy fuerte, de una luz clara y pedí que vinieran cuánto antes para cima e hice a desconectar el teléfono. Salí nuevamente y vi aquella grandecíssima claridad. Cuando miré para el lado izquierdo, es que vi que aquel projector estaba parado sobre el puesto de municiones a la faz del paiol. Entré nuevamente y fui buscar un "foco" (lanterna). Cuando llegué al exterior, vi que aquella claridad incidia directamente sobre los paiois. Aquella luminusidade salía de un vehículo oval, de aspecto metálico, que culminaba en una torre de vidrio, con peduena balustrada a que se encostavam dos seres.Este objeto debía de haber ahí unos 6 metros de largura y 3 de altura y no era ni avión, globo o helicóptero En medio de aquella luminisodade vi cuatro hombres: dos dentro y dos fuera. Los que estaban dentro se meneaban bien, como que estando a la secretaria a tratar de cualquier cosa. Los que estaban del lado de fuera, se encontraban al pie de una especie de corrimão. Si quizessem, podían pasar por cima del corrimão y saltar para el paiol. No vi oídos; no vi las caras. Cuando me aproximé más, a la faz del paiol, sentí un acúfeno exactamente como se fuera un enjambre de abelhas ; proyecté el foco (lanterna) pero no vi nada, ni letras ni nada en aquello. Sólo vi que los hombres tenían una viseira con un poco de vidrio y que la côr del hecho era una côr de plomo En cuanto encendí el foco para ellos aquello se movió muy rápidamente, habiendo emitido en mi dirección una proyección de luz nuito fuerte, que tuve que tapar la cara. Luego a continuación sentí una cosa extraña, como que una poeira. Caí y no me recuerdo de más nada".
Conforme declaró la testigo, "no se oía nada, ni música, ni relato de fútbol" teniendo que desconectar el aparato esto cerca de las 9 horas locales. Repentinemente sintió un "acúfeno". Saíu para fuera del paiol viendo un "vehículo", del lado izquierdo del puesto donde se encontraba; "era un objeto extraño a aproximarse del paiol" adelantó. Regresó al paiol y llamó la atención, por teléfono,a sus superiores comunicando que el extraño objeto estaba la proximar-se de aquel local. Saíu del paiol para confirmar la observación.
Y añadió: "una grandecíssima claridad entró por la ventana dentro; claridad esa que era muy fuerte, de una luz clara y pedí que vinieran cuánto antes para cima e hice a desconectar el teléfono. Salí nuevamente y vi aquella grandecíssima claridad. Cuando miré para el lado izquierdo, es que vi que aquel projector estaba parado sobre el puesto de municiones a la faz del paiol. Entré nuevamente y fui buscar un "foco" (lanterna). Cuando llegué al exterior, vi que aquella claridad incidia directamente sobre los paiois. Aquella luminusidade salía de un vehículo oval, de aspecto metálico, que culminaba en una torre de vidrio, con peduena balustrada a que se encostavam dos seres.Este objeto debía de haber ahí unos 6 metros de largura y 3 de altura y no era ni avión, globo o helicóptero En medio de aquella luminisodade vi cuatro hombres: dos dentro y dos fuera. Los que estaban dentro se meneaban bien, como que estando a la secretaria a tratar de cualquier cosa. Los que estaban del lado de fuera, se encontraban al pie de una especie de corrimão. Si quizessem, podían pasar por cima del corrimão y saltar para el paiol. No vi oídos; no vi las caras. Cuando me aproximé más, a la faz del paiol, sentí un acúfeno exactamente como se fuera un enjambre de abelhas ; proyecté el foco (lanterna) pero no vi nada, ni letras ni nada en aquello. Sólo vi que los hombres tenían una viseira con un poco de vidrio y que la côr del hecho era una côr de plomo En cuanto encendí el foco para ellos aquello se movió muy rápidamente, habiendo emitido en mi dirección una proyección de luz nuito fuerte, que tuve que tapar la cara. Luego a continuación sentí una cosa extraña, como que una poeira. Caí y no me recuerdo de más nada".
Serafim Vieira, dio entrada en el hospital regional cerca de la una hora de la madrugada, habiendo sido socorrido por los Drs. Ferreira Gomes y Hélio Flores. Se encontraba en estado de choque de origen psicossomática; no hablaba, y oía muy apenas. A la tres de la madrugada comenzó la balbuciar algunas palabras; a la diez de la mañana le fue dar# el alta en el Hospital Regional de Angra siguiendo para el aeropuerto de las Lajes, escoltado por la Policía a fin de ser sometido a un interrogatorio oficial. hecho por las entidades aeronauticas de Portugal y Estados Unidos.
Sin embargo, la justificación oficial "cabal y satisfactoria" no tardou. Según las entidades competentes Serafim Vieira habría testificado un "globo-sonda (?), que al encontrar un campo electrico de alta tensión el globo habría provocado determinado fenómeno que habría asombrado el guardia " (sic.). Pero lo que las entidades "competentes" se olvidaron de informar, fue que, en aquel local, no pasaban cabos de alta tensión, pero sí cabos telefónicos; que los servicios de radio-sonda lanzaron un globo a la 22 horas y que la ascenção fue perfectamente controlada, a fin de transmitir la temperatura, vientos y humedad en altitud, habiéndose desintegrado a 126.000 pies, 1 hora y 50 minutos después del lanzamiento, nunca habiendo perdido altitud, o desviado anormalmente su trayectoria; que el globo tomó rumbo de 50º correspondiente al viento predominante, y no 100º en dirección la Cabrito, local donde se encontraba Serafim Vieira; que el globo sonda utilizaba una lâmpada electrica de 1,5 volts, incapaz de encadenar la testigo.
© e Investigación de J. Garrido/CEAFI
Sin embargo, la justificación oficial "cabal y satisfactoria" no tardou. Según las entidades competentes Serafim Vieira habría testificado un "globo-sonda (?), que al encontrar un campo electrico de alta tensión el globo habría provocado determinado fenómeno que habría asombrado el guardia " (sic.). Pero lo que las entidades "competentes" se olvidaron de informar, fue que, en aquel local, no pasaban cabos de alta tensión, pero sí cabos telefónicos; que los servicios de radio-sonda lanzaron un globo a la 22 horas y que la ascenção fue perfectamente controlada, a fin de transmitir la temperatura, vientos y humedad en altitud, habiéndose desintegrado a 126.000 pies, 1 hora y 50 minutos después del lanzamiento, nunca habiendo perdido altitud, o desviado anormalmente su trayectoria; que el globo tomó rumbo de 50º correspondiente al viento predominante, y no 100º en dirección la Cabrito, local donde se encontraba Serafim Vieira; que el globo sonda utilizaba una lâmpada electrica de 1,5 volts, incapaz de encadenar la testigo.
© e Investigación de J. Garrido/CEAFI
Tradución PT/ESP
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