En los medios ufológicos se convive con informaciones incomuns, de diversas naturalezas y provenientes de incontables fuentes. Algunos de esos tipos de datos pasaron a ser encarados con cierta naturalidade por los ufólogos, como los avistamentos y las acciones gubernamentales de acobertamento. El conjunto de personas que la Ufologia agrega es muy heterogêneo, variando desde personas excesivamente escépticas y cientificistas hasta otras totalmente iludidas por sectas ufolátricas. Felizmente, la mayoría tiene bueno senso, pero aun así la gama de opiniones sobre aspectos-llave del Fenómeno UFO es muy amplia – tal vez hasta demás. Prácticamente, la única cosa en común entre todos es la creencia en la existencia de los UFOs – siquiera la hipótesis de ellos sean de origen extraterrestre es unanimidad. Las variedades y nuances de creencias y opiniones son aún mayores en cuanto a temas polémicos o poco abordados, como las inter-relaciones entre la Ufologia y la espiritualidade, abduções y canalizações, sólo para citar algunos más conocidos. Este artículo trata de la cuestión del dualismo o del maniqueísmo en la Ufologia, o sea, la existencia de dos grandes facciones en que se dividen las civilizaciones que nos visitan. La propia realidad de este dualismo es muy polémica, aunque no debiera. Existen investigadores que consideran los extraterrestres en general nocivos para la humanidad. Otros generalizan en el extremo opuesto, considerando todos los alienígenas como nuestros benefactores o hasta creadores, llegando a negar hechos como las abduções violentas. La visión de realidad aquí defendida es coerente con la fenomenologia ufológica y con los conocimientos espirituales sobre el universo actualmente existentes. Una parte de esos conocimientos tiene origen antiguo – como las escrituras sagradas de algunas religiones –, pero hay otros más recientes, obtenidos a través de interacciones con entidades espirituales de alto nivel.
El Origen del dualismo - Nuestro planeta es visitado por decenas de diferentes civilizaciones, conforme evidencia la variabilidade de la tipologia de los tripulantes de UFOs observados. ES natural imaginar que ese conjunto de pueblos también comporta una vasta gama de intereses con relación a la Tierra y a la humanidad. Eso se refleja en su comportamiento, por el cual la literatura ufológica acostumbra los dividís en nocivos, benévolos e indiferentes o neutros. El estudio de las escrituras sagradas y de otros antiguos conocimientos indica que nuestra galáxia vive una gran guerra hace muy tiempo. Ese enorme conflicto tiene serias implicações para la región que ocupamos en el espacio, y tendría origen en aquello que es conocido como “la gran rebelión”, o “rebelión de Lucifur” (no confundir con Lúcifer). Dejando de lado los detalles, que varían conforme los textos y las interpretaciones, se puede decir que esa revuelta ocurrió como reacción al establecimiento de un nuevo proyecto por parte de altas entidades espirituales bajo orden de Dios. Ese plan tendría estrecha relación con nuestra humanidad, en la medida en que preveía la creación de un ser superior que evolucionaría para la perfeição a partir de la vida física. Esa revuelta sería el origen del mal como lo conocemos. Así, él no es intrínseco a la manifestación del bien, como quieren creer algunos. El mal y el bien no son dos faces de una misma moneda. El maniqueísmo no es necesario para la existencia del bien. En la verdad, el estado natural del universo es de amor y paz infinitos y evolución constante. Tampoco es correcta la noción de que el dualismo sería una creación abstrata del hombre, y que alienígenas están por encima del bien y del mal, no sujetos a ese nuestro supuesto concepto ingenuo.
En el caso de la Tierra, con el desenrolar local del proyecto y en faz de la rebelión, era necesario llegar a una raza que fuera capaz de alcanzar el objetivo alcista, aún sujeta a la limitaciones causadas por la dominação de los llamados “ángeles caídos”. Con el transcurrir de la lucha, las fuerzas negativas fueron siendo expulsas para regiones periféricas de la galáxia, mientras también se barrava su acceso la dimensiones más elevadas de existencia. Nuestro Sistema Solar se sitúa distante del centro de la Vía Láctea, en una de sus espirais – y está aún sujeto a la influencia de esos rebeldes. Así, nuestro planeta es visitado por entidades integrantes de los dos lados en conflicto: los seres dichos positivos, que siguen la gana del Creador, coordinados y orientados por altas jerarquías suprafísicas o ultraterrestres, y los seres negativos o “caídos”, que intentan mantener su control y hegemonia en estas regiones, incluyendo la escravização espiritual de esta y de otras humanidades. En esta ótica, no sobra espacio para la existencia de civilizaciones independientes – todas están o estarán en breve alinhadas con uno de los dos lados.
Alienígenas y protección - Las características claras del comportamiento de los seres negativos para con nosotros son evidentes a partir del contacto directo como ellos, como en las abduções y en algunas canalizações. Ellos demuestran total desrespeito a nuestro libre-arbítrio, práctica de manipulación mental, vampirismo energético, coacción, desencaminhamento espiritual, divulgación de falsas escrituras, violación, robo de cuerpos etc. Por otro lado, las entidades físicas y espirituales fieles a Dios respetan la individualidade y nuestro crecimiento como civilización, buscando nos ayude – aunque, a causa de la situación reinante por aquí, el intercambio sea muy restricto debido a nuestras limitaciones de conciencia y al bloqueo de nuestras capacidades inatas de comunicación, en una especie de quarentena existente hace milenios. Lo que está ocurriendo es una batalla amplia e ininterrupta por el alma humana. Está en juego el futuro de la humanidad, relativo al que ella tiene que más valioso: su capacidad de ascender a niveles superiores de existencia, conforme el proyecto divino que el otro lado búsqueda sabotar. Estudiándose las profecías, se concluye que la Tierra formará, con otros mundos en semejante estado, el escenario final de esa guerra. Ese conflicto parece ser citado en Apocalipse 12,7, correlacionado al texto bíblico Daniel 12.
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