El pasado mes de mayo el director del Observatorio Astronómico Vaticano, José Gabriel Funes, realizó unas sorprendentes declaraciones a L’Osservatore Romano. “Los extraterrestres –aseguró– son nuestros hermanos.”¿Responde esta afirmación a un cambio de estrategia por parte de la Iglesia católica respecto a la posible existencia de vida inteligente fuera de nuestro planeta? Muchos creen que sí.
Miércoles, 14 de mayo de 2008. El periódico oficial del Vaticano, L’Osservatore Romano, publica en primera página una noticia que puede cambiar el rumbo de la investigación OVNI en todo el mundo. “La vida extraterrestre es posible”,subraya el diario católico. Y añade: “Los extraterrestres son nuestros hermanos”. Estas declaraciones, realizadas por monseñor José Gabriel Funes, director del Observatorio Astronómico Vaticano, fueron parte de una conversación sostenida por el periodista del rotativo católico y el clérigo en la que las investigaciones sobre la posible existencia de vida en Marte y las sondas enviadas al Planeta Rojo por la NASA fueron los temas centrales. Pero en cierto momento la entrevista derivó hacia los ovnis y los extraterrestres, que se convirtieron en un tema periodístico más interesante y “jugoso” que el motivo original de la cita con Funes. “El hombre puede creer en Dios y paralelamente sostener una creencia en seres de otros mundos. Ello no pone en discusión la fe en la Creación, en la Encarnación y en la Redención”, afirmaba abiertamente el responsable de la Specola Vaticana. Y añadió:“Así como
existe una multiplicidad de criaturas sobre la Tierra, así podrían existir otros seres inteligentes, creados por Dios. Y ello no contrastaría con nuestra fe, porque no podemos poner límites a la libertad creadora de Dios”.
Pero Funes fue más allá al citar a San Francisco de Asís y asegurar: “Si consideramos a las criaturas terrenales como ‘hermano’ y ‘hermana’, ¿por qué no podríamos hablar también de un hermano extraterrestre? Ellos también forman parte de la Creación”. “Aun si existieran otros seres inteligentes –agregó–,no es un hecho que estos tengan necesidad de la redención, porque podrían haber permanecido en un estado de amistad plena con el Creador. Pero, si hubiera pecado en ellos, Jesús se ha encarnado ya para todos los seres de la Creación una sola vez y por todas”. “Estoy seguro –recalcó–que también ellos tendrían la posibilidad de la misericordia de Dios, así como nosotros gozamos de ella”.
Desafiando el silencio vaticano
Unas declaraciones que nos llevan a pensar que algo se está moviendo dentro de la estructura vaticana. Y lo señalo porque uno de mis trabajos que más revuelo causó hace tiempo fueron las entrevistas que tuve la oportunidad de realizar a monseñor Corrado Balducci (MÁS ALLÁ, 157), quien, desde su estado de pensionario del sistema financiero del Vaticano, ejerció como asistente personal del papa Juan Pablo II para los temas místicos, paranormales, enigmáticos y alternativos. O sea, era la persona con la que el Papa conversaba, entre otros temas, sobre ovnis, vida extraterrestre, vida después de la muerte y demonología. En tales entrevistas, la primera de las cuales realicé en Ciudad del Vaticano el 17 de agosto de 1999, Balducci no solo señaló que “los ángeles de ayer son los extraterrestres de hoy”, sino que me habló de las consideraciones teológicas derivadas de la posible habitabilidad de otros planetas del Universo. Posteriormente, en sucesivos encuentros, el prelado me indicó que debíamos “estar agradecidos a los extraterrestres porque rezan por nosotros en este tiempo de crisis doctrinal creciente”. La última entrevista se produjo con motivo del Congreso Mundial OVNI de Buenos Aires (Argentina), celebrado en noviembre de 2006. Para llevarla a cabo, me desplacé a Italia el 18 de octubre de ese mismo año y dio la casualidad de que hacía muy poco acababa de ser retirado de su cargo el director del Observatorio Astronómico Vaticano, el jesuita George Coyne, quien durante 25 años había sido la cabeza visible de esta institución, así como director del grupo de investigación astronómica de la Universidad de Arizona en Tucson (EE.UU.). Fue sustituido precisamente por José Gabriel Funes, a quien también traté de entrevistar, sin lograrlo, en ese mismo viaje. La verdad es que tenía previsto entrevistar a Coyne, quien había declarado abiertamente, y en repetidas ocasiones, que la existencia de vida extraterrestre era algo más que una posibilidad. De hecho, ya había hablado con él desde Estados Unidos y se había mostrado muy amable y dispuesto a dialogar sobre el tema. También me facilitó los datos de contacto de Funes, que en esos momentos estaba en Chile.
Finalmente encontré a este último, pero no tuve suerte. Me dijo, literalmente, que nunca me concedería “ni esa, ni ninguna otra entre vista”. Jamás supe el motivo por el que se negó tan rotundamente a hablar de algo sobre lo que su predecesor, George Coyne, había hecho abiertamente significativas afirmaciones. Pero a la luz de las declaraciones que Funes realizó el pasado mes de mayo mis sospechas han aumentado considerablemente. Tal vez Funes ha visto algo a través de sus telescopios que le ha hecho cambiar de opinión. O tal vez fue “invitado cortésmente” desde el propio Vaticano a hablar sobre el tema y, especialmente, a hacerlo en un medio oficial, como L’Osservatore Romano.
Balducci y los Ovnis
La Iglesia católica ha dado un paso adelante en lo que se refiere a la consideración de la existencia de los ángeles como entidades reales, y no solo a nivel espiritual. El papa Juan Pablo II abordó esta cuestión en dos de sus audiencias generales, celebradas en julio y agosto de 1986. Pero, sin duda, si alguien ha aportado una visión realmente polémica sobre este particular ha sido monseñor Corrado Balducci, teólogo y exorcista del Vaticano, además de asistente personal de Juan Pablo II en los temas relacionados con fenómenos paranormales y alternativos. Tácitamente, Balducci afirma que los ángeles son los extraterrestres. A este respecto, incluyo un breve resumen de la entrevista que sostuve con él en Italia el 17 de agosto de 1999:
“El motivo principal, digamos exclusivo, por el cual yo me acerqué al fenómeno OVNI –explica Balducci– es precisamente porque ya, en este punto, no se puede negar todo, sino que se tiene que afirmar que algo de verdad existe detrás de esto...”
“Cuando se habla de discos volantes (...) es obvio que inmediatamente se relacionan con alguien que debe conducirlos desde dentro, o bien a distancia por control remoto... no lo sé, pero seguro que con una tecnología que todavía nos es desconocida.”
“La crítica más severa ya no puede desacreditar todos los testimonios que existen alrededor tanto de los avistamientos como de los llamados fenómenos de contactismo, o sea, aquellas personas que tienen contacto con extraterrestres. No es más admisible, está fuera de todo razonamiento, del buen sentido y del sentido común, pensar que todos los avistamientos son mentiras, sugestiones o cuestiones psiquiátricas, o bien que se trata incluso de armas secretas. Es decir, el buen sentido se rebela... Algo de verdad tiene que existir.”
“Si seguimos siendo escépticos hasta el punto de no admitir este fenómeno, no estaremos haciendo otra cosa que disminuir el valor del testimonio humano.”
“Es obvio que la certeza de este fenómeno como tal, la existencia de otros seres en otros planetas, incluso para nosotros como Iglesia, la estamos esperando por parte de la ciencia. Pero en nuestro ambiente es una certeza que cuando esto suceda se dirá: ‘¡Finalmente la ciencia llegó a ese punto!’.”
“Que existan otros seres, antes que cualquier cosa, es algo posible. Desde el punto de vista de las Escrituras, la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, no habla ni en forma positiva ni en forma negativa. Es decir, que no dice ni que hay mundos habitados ni que no los hay. Las Sagradas Escrituras dejan abierto este tema. La Iglesia solo puede hacer afirmaciones sobre lo que es la Verdad ya revelada. Y en la Revelación, como ya dije, no se dice que existan, pero tampoco que no existan. La puerta está abierta.”
“Nosotros tenemos que estar a favor. Y si estos seres son efectivamente superiores a nosotros en esta unión entre alma y cuerpo, entonces podremos pensar en que nos ayuden. Pero si nos ayudan, que nos ayuden en el campo de la espiritualidad y a volvernos más buenos. Y estos seres, que serían superiores a nosotros en esta unión alma-cuerpo, quién sabe desde hace cuánto tiempo estarán rezando por nosotros.”
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