A finales de los años 70 o inicio de los años 80, tuve un encuentro con alienígenas.
Me acuerdo de que diversas criaturas color de giz con grandes ojos negros realizaron experimentos médicos en mí.
Estaba acostada paralizada, sedada, de culo en un cuarto circular muy iluminado. En la mañana siguiente a ese encuentro, me rechacé a admitir su realidad.
Lo expliqué como un sueño extraordinariamente vívido, conseguí olvidarlo durante décadas.
En julio de 1990, recordé ese encuentro y una visión de la infancia de un UFO.
Luego después, comencé a ser perseguida por el recuerdo de grandes ojos negros fitando mi rostro. Cierta mañana, en octubre, al despertar estaba flotando horizontalmente por encima de mi cama en un rayo de luz.
Tuve miedo de no ser "descongelada" a tiempo de me aprontar para ir a trabajar.
Tres meses después fui nuevamente suspensa por encima de mi cama,
gritando mentalmente que no dejaría los alienígenas "examinen mi cerebro esta vez".
Pero fue lo que hicieron.
No conseguí acordarme de más nada en relación al encuentro.
En aquella altura, yo ya no conseguía quitar de la cabeza las extrañas criaturas.
Decidí hacer regressão hipnótica para ver se había detalles adicionales de encuentros alienígenas bloqueados de mi conciencia.
Desde marzo de 1991, hice 7 regressões hipnóticas, que revelaron toda una vida de experiencias de abdução.
También recordé muchos detalles conscientemente, sin ayuda de la regressão.
Y ahora, a veces, tengo encuentros de los cuales ciertas partes jamás se borran de mi memoria. El descubrimiento de que soy una abduzida por alienígenas destruyó mi vida.
Algunos de mis problemas iniciales fueron consecuencias de la falta de conocimientos sobre las abduções alienígenas.
Aunque yo tenga dos másters, nunca oí discutan sobre alienígenas en ninguno de mis cursos. Tampoco oí conversen sobre alienígenas en las iglesias batistas del sur (Estados Unidos) que frecuenté durante toda mi vida.
Nunca oí amigos o familiares hablen sobre alienígenas.
Por lo tanto, raciocinei, no existen abduções por parte de alienígenas.
A veces, sin embargo, yo me preguntaba, pero por qué Dios puso gente en un sólo planeta?
Ese conflicto mental contribuyó con mi deseo de ser declarada loca.
Si yo fuera loca, pensé, podría ser ingresada en un sanatório, recibir reposo y tratamiento adecuados, harían con que todos esos recuerdos de encuentros con alienígenas fueran eliminadas de mi mente para siempre.
Fui la psicoterapeutas, a un psiquiatra y a un psicólogo.
Todos me dijeron que yo no sufría de disturbios mentales o de psicoses.
Como yo no podía valerme de aberrações mentales para explicar los encuentros, tuve que aprender a aceptar que ellos eran reales y a convivir con ellos.
No fue fácil.
Mi madre se rechazaba a creer que los alienígenas abduzem gente.
Ella prefería creer que yo estaba loca o que ufólogos perversos estaban haciendo lavado cerebral en mí para que yo pensara ser una abduzida. Ella lloraba e imploraba para que yo parara de relacionarme con gente interesada en UFOs y para que desistiera de investigar ese asunto.
Yo necesitaba que ella me apoyara, no me castigara.
Mi marido intentaba entender lo que yo estaba pasando.
Leía todos los libros que encontraba sobre el asunto de abduções y compareció a algunas palestras y conferencias sobre UFOs.
Pero como él no tenía recuerdos de abduções personales, nunca consiguió identificarse con mis sentimientos. Tuve que buscar otros abduzidos para conseguir apoyo. Infelizmente, ninguno vivía cerca de mí.
Todas las conversaciones exigían un largo viaje o una llamada interurbano.
Ese apoyo tan necesario me costó 100 y 200 dólares por mes durante tres años, hasta que finalmente encontré alguien que podría darme apoyo diariamente.
Otro gasto tremendo era con la búsqueda de ayuda profesional y de respuestas en relación al fenómeno de la abdução.
Gasté miles de dólares con gastos de viaje para hacer regressões hipnóticas y con honorários para profesionales que consulté acerca de mi estado mental.
Gasté otros miles en conferencias sobre UFOs.
Tenía hambre de respuestas para mis muchas preguntas, como por ejemplo: por qué los alienígenas están visitándonos? De donde vienen? Creen en Dios? y Por qué yo? Pasé a cuestionar lo que me habían enseñado por intermédio de mi entrenamiento en la iglesia batista del sur. No podía discutir mis atribulações con los líderes de la iglesia. Creía que ellos tenían mentalidad muy estrecha.
Mi hija caçula sondou el terreno para mí.
Preguntó al ministro si él creía en la existencia de extraterrestres.
Él le dije que nuestros científicos habían probado que no hay posibilidad de vivir criaturas en otros planetas.
Cierta mañana de Domingo, mientras estaba en el aula en la escuela dominical escuchando el profesor hablar sin parar sobre nada de importante, comprendí que estaba perdiendo tiempo en la iglesia.
Desde entonces nunca más volví; en vez de eso pasaba más tiempo leyendo mi Bíblia y rezando. En mis estudios particulares, descubrí muchos paralelos entre algunas narrativas de la Bíblia y mis propias experiencias de abdução.
Me siento agradecida por estar aprendiendo, pero ressentida por tanto haber sido obviamente omitido de mi educación espiritual.
Quedo también ressentida que nuestros militares y nuestro gobierno hayan negado durante décadas la existencia de UFOs y que facciones dentro de esas organizaciones hayan monitorado, molestado, secuestrado, drogado, encuestado y hecho lavado cerebral en mí y en otros abduzidos.
Tuve dificultades para aceptar el hecho de que esas personas, que antes yo creía que deberían protegerme de defender, hayan hecho exactamente el contrario.
Apuntando fusiles para mi cabeza, amenazaron si no quedara quieta acerca de una espaçonave que vi.
Yo estaba asustada demás para continuar la ministrar cursos de contabilidad en la base de la Fuerza Aérea vecina, entonces en el auge de mis gastos relacionados con UFOs, perdí mi empleo. Mi marido concordó en trabajar horas extras para que yo pudiera dedicar mi tiempo a escribir sobre lo que yo estaba pasando.
Creí que sería importante informar el público sobre encuentros con alienígenas y hacer con que los otros abduzidos supieran que no estaban sufriendo solos.
Poco antes de la publicación de Lost Was the Key (mi libro sobre mis experiencias), noticias sobre mi caso se esparcieron por todos los Estados Unidos y comencé a ser invitada para hablar en palestras y conferencias al público. Cuando el libro salió,
recibí una enxurrada de pedidos para programas de entrevistas en la televisión y en el radio, entrevistas para varias publicaciones y más palestras.
Mi marido tenía muy ciúme de la atención que yo estaba recibiendo, aunque supiera que yo no me gustaba y a consideraba un requisito necesario para instruir el pueblo.
Mi hija más vieja quedaba hostil toda vez que y oía hablar con alguien sobre UFOs.
Ninguno de los dos me gustaba la posibilidad de sus compañeros oigan hablar sobre aquello con que estaba envuelta (y en consecuencia pudieran ridicularizá-los).
La pedido de mi marido, evitaba usar mi nombre verdadero.
En el final, cambié legalmente mi nombre para proteger mi familia.
Mi marido comenzó a presionarme para yo vuelva a la contabilidad.
No hacía diferencia que yo estuviera trabajando una media de 16 horas por día, siete días por semana.
Él quería que yo trajera para casa un gran salario.
Cuando percibió que yo no pararía de hablar en público sobre el fenómeno de la abdução y no saldría para arreglar un "empleo de verdad" se divorció de mí. Entonces mi hija más vieja me repudiou.
Hace quince meses ella quedó brava cuando conectó lo radio y oyó una entrevista mía en una de sus estaciones preferidas.
En consecuencia, ella nunca telefonea, nunca escribe y nunca me visita. Fui probablemente una de las pocas madres del país que no fue reconocida por una hija el Día de las Madres de este año. Claro que estoy llena de mágoa.
Nuestras instituciones gubernamentales y educacionales mintieron sobre la existencia de UFOs o no consiguieron dar cuenta del asunto y las personas que antes me eran próximas me abandonaron.
Siento que ya no puedo confiar en nadie.
Pero, a medida que experienciamos, aprendemos.
Aprendí a transformar mi rabia, miedo, confusión y resentimiento en determinación constructiva.
Aprendí que consumirse en emociones negativas es pérdida de tiempo que puede ser usado con más provecho en la realización de mis objetivos.
A pesar de aquello por qué pasé, mi objetivo principal continúa siendo hablar abiertamente y escribir sobre abduções alienígenas hasta que todo el mundo quede bien instruido sobre ese asunto.
Fuente: Heartland UFO Journal, número 40, julio de 1995
Thank´s António Delfino ;)